"El Pumita" dio el zarpazo y se colgó un nuevo cinturón

Por Rodrigo Hilarión

En una electrizante pelea, Claudio Olmedo se coronó campeón argentino y defendió por primera vez su título sudamericano superligero, al noquear al cordobés David Peralta en el quinto asalto, en el combate de fondo de la velada llevada a cabo ayer, en el Salón de Bomberos Voluntarios de General Villegas, provincia de Buenos Aires.

Sonó el gong en el nutrido estadio montado en General Villegas y los primeros tres minutos demarcaron el estudio simultáneo, donde David “El Pirata” Peralta (20-1-0, 13KO) empezó a medir con su jab y usó su mayor alcance de brazos al lanzar el jab y el directo. Por otra parte, Claudio “El Pumita” Olmedo (22-3-0, 21KO) repartió sus puños solamente cuando su rival se encontró cerca de las cuerdas, con ganchos de ambas manos para aflojar a Peralta. La calidad de la entrega de los boxeadores se evidenció cuando, sobre los últimos 25 segundos para llegar al descanso, se repartieron ganchos sin ceder, para terminar la vuelta con una leve mejor actuación del visitante.

En la segunda vuelta, Peralta imprimió un directo de derecha sobre el rostro de Olmedo,  mientras el campeón sudamericano sacó la mayor diferencia en la corta distancia, con uppercuts al mentón y ganchos al cuerpo de su contrincante. “El Pumita” administró mejor sus zarpazos, empezando en la zona blanda y terminando con cruzados a la cabeza de Peralta. Éste trató de calzar su uppercut de derecha pero no tuvo éxito. Para esta altura del combate, la gente se encendía con cada golpe que resonaba en el estadio, de un Olmedo que buscaba entrar en la corta distancia y de un Peralta que trabajaba en el contraataque.

Desde el tercer campanazo se evidenció el dominio del púgil nacido en Lanús. Olmedo filtró una zurda de contraataque y Peralta se defendió con ráfagas de golpes ascendentes. Mientras “El Pirata” manejó la distancia con su izquierda, Olmedo logró penetrar en ocasiones su defensa y lo castigó duramente al cuerpo. En los últimos 15 segundos, el árbitro Rodolfo Stella, paró el combate porque escuchó una falsa campana, mientras Olmedo vapuleó con golpes rectos a un Peralta que sembró raíces contra las cuerdas.

Olmedo siguió propinando gran castigo con manos ascendentes al cordobés que reposó en un rincón neutral, pero Peralta demostró que no estaba todo dicho,  ya que se dio vuelta e hizo lo propio con su adversario, tirando ganchos a un “Pumita” arrinconado. Sin embargo, Olmedo siguió haciendo negocio en la corta, a lo largo del cuarto capítulo y en los últimos segundos, uso sus manos de martillo arriba y abajo, frente a un Peralta sentido y sin respuesta.

El quinto round inició con un Olmedo a toda máquina que continuó demoliendo a Peralta, quien atinaba al clinch luego del castigo. El visitante erró golpes en demasía y se empezó a sentir el fuerte olor a nocaut sobre el ring. Una derecha profunda lo cazó a Peralta, quien corrió despavorido contra las sogas de enfrente, cuando Rodolfo Stella inició la cuenta de protección. Luego de ocho segundos, el réferi le dio el pase, pero Olmedo siguió suministrando castigo a un boxeador que no estaba en condiciones de seguir. Pocos segundos después, Stella detuvo el combate, cruzó los brazos y el fervor del público hirvió en el Salón de Bomberos Voluntarios, con la victoria de Claudio Olmedo.

Con este triunfo, el “Pumita” Olmedo se cuelga al hombro un nuevo cinturón, el del título argentino superligero, mientras que ya tiene en su poder el cetro sudamericano y el interino latino del CMB, en la misma categoría. Además, alcanza un respetable récord de 21 nocauts en 22 peleas ganadas, con 3 traspiés. Asimismo le quitó el invicto a David Emanuel Peralta, que venía de ganar en 20 combates como profesional. 

Esta presentación lo hará escalar en el ranking mundial y estará a la espera de un próximo combate de mayor reto y posiblemente, en el exterior.


Una vez terminado el pleito, Olmedo declaró: “Si Matthysse se anima, seguro” con respecto al rumor de que los manejadores del chubutense, le habrían ofrecido un combate con Lucas Matthysse.